¿Practicar o no el colecho? Este es uno de los temas más controversiales de la crianza en la actualidad.
Hay varios estudios que indican que compartir cama con nuestros hijos trae grandes beneficios para ellos, mientras que hay muchos otros que afirman que dormir con nuestros bebés es perjudicial, tanto física como emocionalmente.
¿Qué es el colecho?
El colecho es una práctica que promueve que padres e hijos duerman en la misma habitación y en una misma cama.
También puede llevarse a cabo en camas ubicadas de manera contigua o en una cuna unida a la cama de mamá y papá.
¿Hasta que edad se debe practicar?
No existe una edad específica para dejar de practicar el colecho. Cada niño es diferente y tiene distintas necesidades.
El niño debe dejar de dormir con sus padres solo cuando está listo para ello.
Algunos estudios sugieren que alrededor de los 3 o 4 años es un buen momento para comenzar a domir solos, mientras que otros indican que hasta los 5 años de edad.
La realidad es que esta decisión no depende de la edad del niño sino de un conjunto de factores fisiológicos, emocionales, sociales y culturales. El sueño es un proceso evolutivo y esta decisión dependerá de lo que cada familia crea conveniente y necesario.
Cambio de la cuna a la cama, cómo y cuándo hacerlo.
Beneficios del colecho.
Hay varios estudios que sugieren que practicar el colecho trae grandes beneficios para nuestros hijos, tanto a nivel físico como a nivel emocional.
- Ayuda a fortalecer el vínculo entre madre e hijo.
- Favorece la lactancia materna, lo que a su vez reduce las probabilidades del síndrome de muerte súbita.
- Mejora la calidad de sueño de padres e hijos.
- Los bebés suelen quedarse dormidos más rápido y fácilmente.
- Favorece la crianza con apego.
- Minimiza la duración y la frecuencia del llanto del bebé.
- Reduce los niveles de estrés en niños pequeños.
- Ayuda a los bebés a regular su temperatura.
- El sonido de la respiración de mamá influye positivamente en el bebé.
- La madre y el bebé sincronizan sus ciclos de sueño, por lo que descansan mejor.
Cuidados del pecho durante la lactancia materna.
Desventajas de dormir con tu bebé.
- Algunos estudios afirman que esta práctica aumenta las probabilidades de padecer el síndrome de muerte súbita en lactantes (SMSL).
- Compartir cama con tu bebé puede aumentar el riesgo de asfixia.
- El colecho puede provocar trastornos en el descanso de los adultos.
- Puede tener repercuciones en la vida de pareja.
- Reduce los momentos de intimidad de la pareja.
- Puede hacer más difícil la transición a su propia hacitación cuando sea mayor.
Un colecho seguro.
Estas son algunas de las cosas que debes tomar en cuenta para practicar un colecho seguro con tu bebé.
- La UNICEF ha indicado que el lugar más seguro para dormir a un bebé es en una cuna junto a la cama de los padres.
- Si tu bebé nació prematuro o bajo de peso, es mejor no compartir cama con él durante los primeros meses.
- Evita compartir cama con tu bebé, si este es menor de 3 meses de edad.
- Evita dormir en la misma cama que tu bebé si has ingerido alguna bebida alcoholica, si has fumado o consumido drogas. Aplica no solo para mamá, sino para cualquiera que duerma con el bebé. Hay estudios que demuestran que estos factores aumentan considerablemente el riesgo de muerte súbita (SMSL).
- Evita dormir con tu bebé en situaciones de extremo cansancio. Por ejemplo durante el postparto inmediato.
- Jamás practiques el colecho sobre una superficie blanda o colchones de agua, busca siempre una superficie firme.
- No practiques el colecho en sillones o sofás.
- Asegúrate de que el bebé no pueda caer de la cama.
- Aleja las almohadas y la ropa de cama que pueda tapar la cara del bebé.
- Evita cobijas pesadas.
- Cuida que el bebé no pueda quedar atrapado entre la cabecera y la pared.
- No permitas que el bebé practique el colecho junto con otros niños. Por ejemplo con sus hermanos.
- Recuerda siempre dormir a tu bebé boca arriba.
- Revisa que la temperatura de la habitación sea la adecuada.
¿Debo practicar el colecho con mi bebé?
La realidad es que el colecho es la forma normal de dormir de la especie humana durante prácticamente toda su historia. Pero tambien es cierto que hay a quién le funciona y a quién no.
Es una decisión muy personal, en la que tendrás que tomar en cuenta los pros y los contras y desde luego minimizar todos los riesgos posibles, tomando las medidas de seguridad necesarias.
Decide lo que te parezca mejor para ti y tu bebé, y confía en tu decisión sin poner mucha atención a lo que opinen los demás.
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